Cuando las bacterias de ácido lácteo metabolizan los azucares, se crea una sustancia denominado hexanoato, un ácido graso de cadena corta; lo bueno de esto es que, en nuestro caso, las plantas de cannábis, al sintetizar el hexanoato, producen cannabinoides y terpenos.
Por lo tanto, si aportamos hexanoato, la intensidad y la cantidad de terpenos, flavonoides y cannabinoides se verán incrementadas. Otro de los beneficios de estas bacterias es que facilitan la asimilación de elementos presentes en el suelo.
Además, la acción simbiótica natural de los microorganísmos asegura una protección eficaz contra gran número de enfermedades, generadas por distintos tipos de hongos y bacterias nocivas.
Las bacterias de ácido láctico ofrecen la posibilidad de que las plantas de cannabis sean más grandes, más resistentes y tengan una capacidad productiva y una concentración de principios activos más elevadas.
¿Cómo aportar LAB a nuestros cultivos?
Las bacterias de ácido láctico necesitan poca cantidad de oxígeno para sobrevivir, y se pueden encontrar a una profundidad máxima de 15 cm. Son microbios anaeróbicos facultativos que son canalizados por el suelo.
Su aplicación es muy sencilla, simplemente hay que añadir LAB en el agua y pulverizar directamente en la tierra o sobre las plantas. Para organizar y equilibrar la vida del suelo de forma homogénea, lo ideal es aplicar LAB en la fase inicial de cada estadio evolutivo de la planta.
La dosificación es de 1ml por cada litro de agua declorada, tanto en riego foliar como radicular.
Precauciones: No hay que remover la tierra, ya que las bacterias, al estar en la parte superior del sustrato, podrían desaparecer con el efecto de los rayos UV. Esta es la principal razón por la cual hay que añadir las bacterias de ácido láctico por la noche, o cuando estén apagadas las lámparas del sistema de iluminación.
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